Al pié de un roble escarchado
donde Belardo el amante
desbarató un tosco nido
que habían tejido las aves,
de breves pasadas glorias,
de presentes largos males,
así se queja diciendo:
quién tal hace , que tal pague....
No atendí siendo llamada,
agora no me oye nadie,
con justa causa padezco
quién tal hace, que tal pague....
Desamé a Belardo un tiempo,
y el amor para vengarse,
quiere que le quiera agora,
y que el me olvide y desame.
Dejadme pasiones frescas,
frescas pasiones dejadme
vivir para que publique:
quien tal hace, que tal pague.
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