

Lo que más le gustaba era el pan.Se comía tres o cuatro trozos ,como éste, al día.Nos hizo compañía durante quince años. Ya estaba muy viejecita y achacosa pero,hasta el último día,fué una perrita alegre y cariñosa que lo decía todo con sus negros y brillantes ojos llenos de inocencia.
Nos enseñó muchos valores que los humanos, sin darnos cuenta, vamos perdiendo.Y finalmente nos dejó el día 22 , vísperas de Navidad. Han sido unas Fiestas muy tristes para nosotros.Me cuesta un mundo levantarme por las mañanas y sentir ese vacío inmenso de su ausencia pero,cuando recuerdo la gran dignidad con la que afrontaba su enfermedad, me digo:¡ hay que seguir luchando!. Gracias ,LULÚ....